El Garrofer, un espacio de juego y aprendizaje en la naturaleza

Aquí os dejo nueva recomendación de un sitio que vale la pena acercarse a conocer y disfrutar, El Garrofer. Un espacio para descubrir en familia con los 5 sentidos. Si buscáis un plan al aire libre, en contacto con la naturaleza, que podáis disfrutar junto a vuestros peques, seguir leyendo que este post os interesa.

De momento a febrero de 2024, el Garrofer no está realizando actividades para familias. Esperamos que vuelvan pronto! 

El Garrofer

El Garrofer es un espacio en pleno corazón de la Vall de Gallinera (Benialí) que tan bien llevan Isa y Pablo. Rodeado de naturaleza, durante la semana es una escuela infantil para peques de hasta 3 años y los fines de semana abren sus puertas para visitarlo en familia. Su filosofía es simple y perfecta, educar en contacto con la naturaleza y al aire libre. Por eso cada rincón del Garrofer es una invitación aprender y disfrutar con los 5 sentidos. 

Ubicación

El Garrofer está ubicado en Benialí, uno de los 8 pueblos de La Vall de Gallinera a poco más de 1 hora de Alicante. Sé que viajar con niños estas distancias no es fácil, pero os puedo asegurar que vale la pena. No sólo por la visita al Garrofer, si no también por todo lo que hay que conocer en el valle. Nosotros hemos estado varias veces en la Vall, y en este post podéis encontrar algunas ideas para disfrutar por la zona.

Nuestra visita al El Garrofer

Se puede reservar para visitar el Garrofer, los sábados de 10 a 13hrs o de 16 a 19hrs y los domingos de 10 a 13hrs. Nosotros nos apuntamos el domingo y como salir de casa no fue tarea fácil llegamos allí a las 11hrs. Cuando llegamos ya había otras familias (puntuales :)) jugando y disfrutando libremente. A nosotros nos recibió Isa en la puerta y nos hizo una pequeña visita guiada por cada rincón del Garrofer, para que luego lo podamos disfrutar a nuestro aire.

Una de las cosas que más me gustó y habla mucho de su propuesta, es que a pesar de tener reservas de sobra, el aforo es muy reducido y cuando llegas allí reina un ambiente de paz y se puede disfrutar de cada espacio en tranquilidad. Cada familia tiene su propia mesa distribuida por diferentes sitios que sirven como punto de encuentro y pausa mientras recorres las diferentes propuestas.

No es una actividad dirigida, y eso también me encantó, cada niño, cada familia, se divierte y pasa el tiempo que quiere en cada propuesta. Haces el primer recorrido con Isa para verlo todo y luego cada propuesta tiene un código QR para ver la info de cada juego o actividad, o conocer un poco más sobre los animales.

¿Y qué váis a encontrar en el Garrofer?

Un sin fin de propuestas de juego, desafíos motores, actividades sensoriales y animales para pasar una mañana en contacto con la naturaleza. Mis hijas adoraron dar de comer a los conejos, las cabras, plantar habas y ajos en el huerto, descalzarse para sentir diferentes texturas en sus pies, jugar en la cocina, con la arena y descifrar diferentes olores del bote de plantas aromáticas entre otras propuestas. Yo me quedo con la armonía y la belleza de las propuestas y el compartir juntos una mañana diferente con una bonita sensación de paz, como si la vida pusiera el botón de pausa.

Os podéis llevar algo para almorzar o merendar y allí también tienen café y refrescos que podéis comprar por el valor de 1 €. Es dificíl recomendar edades para este plan porque depende de cada peque, pero para mi es ideal de 3 a 8 años. Nosotros coincidimos con peques de 2 años que se lo estaban pasando pipa y mi hija que tiene 10 años disfrutó muchísimo. Así que esto de las edades, es relativo.

Precio y reserva

El precio de la visita es de 5€ por persona, los menores de 2 años no pagan y podéis reservar en su web o por whastapp (tenéis el contacto en la web también). Os recomiendo visitar su página también para conocer un poco más sobre ellos y su filosofía.

Completar la visita

Como os he comentado hay un post en el blog con algunas ideas de lugares para conocer por la Vall de Gallinera. También depende la época del año que lo visitéis. En abril, es una maravilla disfrutar de sus cerezos en flor y en junio podéis combinar el plan con recolectar cerezas.

Nosotros este domingo queríamos bajar al río que está junto al Garrofer, pero luego vimos el camino que nos llevaba a las pinturas rupestres y nos motivamos y seguimos la ruta hacia allí. No es un camino difícil con poco desnivel, eso sí tenéis que subir con buen calzado. Nosotros tardamos en total un poquito más de 2 horas, íbamos también con un peque de 3 años (pero muy acostumbrado a andar). El camino es muy bonito y está bien señalizado, lleno de pequeños rincones ideales para ir haciendo paradas.

Las pinturas están muy bien, quizás una vez llegas a ellas es la parte que más cuidado hay que tener porque cae un poquito de agua y os podéis resbalar. Hay como 3 grupos de pinturas, pero solo unas se distinguen bien. Las pinturas están protegidas por una reja para garantizar su protección, pero se ven perfectamente. La ruta original es un camino circular que podéis seguir, o podéis hacer como nosotros y volver por el mismo camino. Aquí encontré un post del blog Viaje a la Prehistoria que explica muy bien la ruta por si os animáis.

De allí nos fuimos a comer y terminar el día al área recreativa de la Carroja, no es un área recreativa muy especial, pero está bien, lo mejor es que estábamos solos. Hay dos o 3 mesas bajo los árboles, un gimnasio con troncos de madera (que seguro entretendrá a los más peques), una pequeña pinada y una gran pista de asfalto con dos porterías y canastas de baloncesto. Así que si os lleváis una pelota o patines y patinetes, podéis entreteneros un montón.

Hasta aquí mi recomendación, espero que os haya gustado y que os animéis a visitar este precioso lugar! En nuestro Instagram hay un pequeño reel por si queréis ver un poco más de nuestra experiencia.